Si le dieran a elegir, ¿qué elegiría, calidad o cantidad? La gran mayoría, se quedaría con la primera opción. Sin importar cuál sea el tema en cuestión, la calidad prima sobre la cantidad y en el caso de las segundas lenguas y de su dominio, no cabe duda.
Menos aún, si la calidad está asociada al tipo de prueba que va a medir nuestro nivel de competencia lingüística sin por ello renunciar a una extensa oferta de pruebas destinadas a medir el nivel de inglés que han sido cuidadosamente creadas y clasificadas de acuerdo a unos conocimientos detenidamente estructurados y ordenados.
Tal vez por eso, la calidad es una de las razones que ha llevado a más de trescientas compañías nacionales y extranjeras a reconocer los certificados de Cambridge como prueba de inglés que avala las diferentes destrezas de un estudiante de esta lengua.
Entre los Cambridge Certificates más demandados se encuentran, el archiconocido First Certificate, el Advanced para un nivel de inglés C1 o el Proficiency, para un nivel C2 de inglés.
Pero si la calidad ha sido un argumento de peso para las empresas, que les ha llevado a decantarse por los exámenes de inglés que desde hace tantos años realiza esta institución británica de enseñanza, no los son menos el reconocimiento mundial del que gozan o la excelencia que los caracteriza.
No es algo que se decida a la ligera y en lo que se pongan fácilmente de acuerdo cientos de empresas presentes en un país en el que, nos guste o no, dominar el inglés es casi una obligación para poder trabajar en un mundo tan globalizado como competitivo.
Un nivel de inglés reconocido internacionalmente
Que el First Certificate, por ejemplo, garantice a quien lo posee que es capaz de desenvolverse en un entorno de habla inglesa tanto a nivel laboral como educativo, o que el estudiante que lo ha conseguido pueda expresar tanto por escrito, como oralmente, sus opiniones y puntos de vista, es también razón de peso para un sector educativo de enseñanza superior que no ha dudado en exigir los Cambridge Certificates como garantía de acceso a los estudiantes universitarios extranjeros.
Así, además del sector empresarial, destacadas universidades asiáticas, estadounidenses y europeas, piden a sus candidatos estos certificados de prestigio internacional.
Los exámenes de Cambridge son equitativos, útiles y prácticos pero, si de algo presumen quienes en su día los obtuvieron, es del orgullo de tenerlos y del apoyo que les brindaron cuando llegado el momento, comprobaron que su alto nivel de inglés era real.
Comprobado y constatado. Equipos directivos de centros de enseñanza superior, corroboran las razones que han impulsado a miles de estudiantes de inglés a conseguir muchos de estos Cambridge Certificates: su aplicación en la vida cotidiana y con ella, la calidad de los conocimientos de quienes deciden esforzarse y continuar su formación en esta lengua.